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Cuando el juguete refuerza la desigualdad y la exclusión

María Quintas Sotelo – TeaR:
«Debemos educar en valores como la generosidad, la bondad
y la gratitud»

Entre los 4 y 6 años nos inculcan, de forma inconsciente, los modelos sociales. Son patrones universales que todas las personas compartimos y que nos ayudan a identificarnos.

Entre los 4 y 6 años nos inculcan, de forma inconsciente, los modelos sociales

A esta edad, los juguetes forman parte de su día a día y les ayudan a desarrollar multitud de roles que en un futuro formarán parte de su evolución.

Te lo contamos desde TeaR (Gabinete de Psicología, Educación Social, Logopedia y Nutrición) en jupsin.com, el portal de IPDGrupo con información para decidir sobre tu salud y bienestar.

Cuando el juguete refuerza la desigualdad y la exclusión

Muchos/as profesionales hacemos hincapié en qué regalamos y romper con los estereotipos imperantes de la publicidad y comercios de juguetes que suelen asociar arquetipos y sesgos sexistas

  • A la niña: como cuidadora, madre y esposa (33%)
  • Al niño, con arquetipos de guerrero, héroe y aventurero (25%)

Hay que acabar con los estereotipos imperantes de la publicidad de juguetes asociados a sesgos sexistas

Estos juguetes condicionan la libertad de elección para jugar y divertirse desde muy pequeños/as, refuerzan la desigualdad y persiste en la exclusión dicotómica de la población.

Actualmente, necesitamos jugar sin sexismos, y dar importancia al reflejo de una sociedad y de una infancia diferente que se adapte a la realidad. Cada vez encontramos más modelos de diversidad que nos ayudan a crecer en libertad.

A mayores, reflexionando sobre la compra de juguetes y regalos de Navidad. ¿Somos capaces de controlarnos cuando compramos estos obsequios? ¿Consentimos muchos a los/as más pequeños/as de la casa?

Hay que acabar con los estereotipos imperantes de la publicidad de juguetes asociados a sesgos sexistas.

El síndrome del/la niño/a hiperregalado/a

El síndrome del/a niño/a hiperregalado/a aparece en estas fechas, alarmando a las Familias. Recordamos a madres y padres, tíos/as y abuelos/as que no por dar cantidad se regala calidad.

Sobrepasarnos con los regalos hace que el/a niño/a pierda la ilusión y sea incapaz de concentrarse en uno.

Muchos padres y madres usan la Navidad como una amenaza, como si el chantaje fuera un método educativo rápido y eficaz

Regalos, que a menudo son cosas que se regalan para suplir la falta de atención y el poco tiempo que la Familia pasa con ellos/as jugando.

A veces, se utilizan a modo de premios por su comportamiento.

Y muchos padres y madres usan la Navidad como una amenaza, como si el chantaje fuera un método educativo rápido y eficaz:

  • “Los Reyes Magos y Papá Noel están observando si te portas bien o mal”
  • “Te van a traer carbón y no una nueva Tablet”.
Nuestro amor no lo representan la cantidad de paquetes que hay debajo del árbol. Se demuestra con tiempo, cuidados y atención.

Frustración, apatía e insatisfacción

¿Las consecuencias?  Un aumento de frustración y la sensación de apatía e insatisfacción por no recibir “-lo que quería”. Niñas y niños cómodas/os, con falta de imaginación, consumistas, indecisos/as y, sobre todo, caprichosos/as.

Sin motivo aparente, recibir esta clase de obsequios hace que muchos/as niños/as sean incapaces de conectar con la emotividad caracterizada por estas fechas. Desconcertados/as, hasta tal punto que no saben qué pedir ni qué recibir.

Nuestro amor no lo representan la cantidad de paquetes que hay debajo del árbol. Se demuestra con tiempo, cuidados y atención.

Les transmitimos así la idea de que todo se puede conseguir fácilmente, sin ningún tipo de esfuerzo y que pueden obtener lo que desean sin límites; valores negativos en el que las cosas pierden su significado.

Nuestro amor no lo representan la cantidad de paquetes que hay debajo del árbol. Se demuestra con tiempo, cuidados y atención.

Debemos aprovechar la oportunidad de las Navidades para seguir educándoles en valores como la generosidad, la solidaridad, la bondad y la gratitud. Enseñarles la importancia de ser moderados/as y establecer prioridades.

Es importante que conozcamos lo que más desean, qué les produce ilusión.

Prepararles para afrontar la frustración cuando no es posible que puedan traer todo lo que querrían o desearían y que lo más importante no son los regalos, sino estar rodeados de personas que les quieren, les cuidan y disfrutan invirtiendo tiempo y cariño en ell@s.

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