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Criminología y prevención del acoso escolar
Es indispensable definir y conocer el objeto de la criminología como la ciencia que estudia el delito y las conductas antisociales. Es una ciencia interdisciplinar que explica el surgimiento, la comisión y la prevención de estas conductas. El acoso escolar se ha convertido en un asunto importante para la criminología, por ser una conducta antisocial, que transgrede las normas de convivencia y atenta contra la integridad física y psicológica de los individuos.
Es indispensable definir y conocer el objeto de la criminología, entendida como la ciencia que se encarga del estudio del delito y las conductas antisociales. Es una ciencia interdisciplinaria que explica el surgimiento, la comisión y la prevención de estas conductas.
El acoso escolar se ha convertido en un tema de suma importancia para la criminología, debido a que se considera como una conducta antisocial, que transgrede las normas de convivencia y atenta contra la integridad física y psicológica de los individuos.
Acoso escolar y criminología
El acoso escolar es un fenómeno complejo, que requiere la intervención de diversas áreas y ciencias, es por ello el interés y necesidad de que la criminología aporte conocimientos necesarios para ofrecer medidas de prevención y tratamiento.
Es importante destacar que la criminología no se enfoca únicamente a la conducta criminal y por lo tanto en los criminales, sino que, atiende aspectos importantes e interviene en situaciones de violencia.
El acoso escolar es un problema escolar y social, debido a los actos de violencia física, psicológica, verbal y sexual, que ejerce una persona como forma de control y superioridad hacia otro u otros
Hoy en día, la problemática del acoso escolar debe ser entendida como un fenómeno que requiere intervención inmediata.
Si bien es cierto que, anteriormente el acoso escolar era aceptado por los alumnos, padres de familia e incluso por las propias autoridades escolares, hoy sabemos que es un problema escolar y social, debido a los actos de violencia física, psicológica, verbal y sexual, que ejerce una persona como forma de control y superioridad hacia otro u otros.
Los pocos mecanismos con los que cuentan las instituciones educativas, hacen la situación más compleja.
Perspectiva biopsicosocial
En México, son pocas las escuelas que están trabajando por prevenir el acoso escolar, y cuando es detectado el problema, no hay suficientes herramientas para orientar a los padres de familia, y mucho menos para dar atención a la víctima y al agresor.
Es por ello la necesidad de incluir en los programas educativos la intervención de profesionales. En este caso, la intervención del criminólogo, para estudiar al individuo agresor desde la perspectiva biopsicosocial.
Es decir, conocer el origen de la conducta violenta, además de dar atención a la víctima desde la ciencia victimológica (parte importante de la criminología). La falta de conocimientos y herramientas para hacer frente al acoso escolar, favorece el incremento de dichas conductas.
En México, son pocas las escuelas que previenen el acoso escolar y cuando se detecta el problema, no hay herramientas para orientar a los padres, y para dar atención a la víctima y al agresor
La intervención del criminólogo en instituciones educativas, puede establecer las condiciones en que se desarrolla el acoso escolar.
Puede anticipar la conducta al conocer los principales factores psicológicos, biológicos y sociales que hacen más propensos a los alumnos de ser víctimas de conductas violentas, y aquellos alumnos con conductas que dejen de manifiesto ciertos patrones de violencia, rebeldía, poca o nula tolerancia a la frustración que pudieran desencadenar otras conductas.
Es importante identificar a aquellos alumnos que de forma “sutil” están ejerciendo violencia. Aquellos que emplean el lápiz como arma para amenazar, utilizan la punta del compás o escuadra (juego geométrico) para agredir, burlarse de sus compañeros por su nivel socioeconómico, chantajear, escupir a otro compañero, esconder o destruir sus pertenencias, humillar, excluir a sus compañeros, poner apodos, ridiculizar, besar a la fuerza a compañeras o compañeros, tocar las partes íntimas de los demás sin su consentimiento. Entre otras, son conductas que pueden desencadenar hechos que pudieran ser considerados como delitos.
Sin lugar a duda, es indispensable la participación de profesionistas en instituciones educativas para conocer, entender y explicar el origen de dicha violencia, para crear formas de prevención a nivel escolar, incluso social, además de ofrecer tratamiento individualizado para la víctima y agresor, es un trabajo urgente para la prevención de conductas antisociales y delitos.
“La violencia es como una droga, el hombre y la sociedad se habitúan en ella, se acostumbran y después necesitan más” (Alfonso Quiroz Cuarón, primer criminólogo en México)