En sus Manos
Cómo ayudar a mi hijo a recuperar su autoestima tras el acoso escolar
Ya es un hecho. Sabes a ciencia cierta que tu hijo ha sufrido o aún sufre acoso escolar. En nuestro anterior artículo explicábamos qué pueden hacer los padres ante esta situación. Ahora queremos dar un paso más. La autoestima queda profundamente dañada en estos casos, así que vamos explicar cómo trabajarla con tu hijo.
Elena Rubio, ‘la psicóloga en tus zapatos’
Ya es un hecho. Sabes a ciencia cierta que tu hijo ha sufrido o aún sufre acoso escolar. En nuestro anterior artículo explicábamos qué pueden hacer los padres ante esta situación. Ahora queremos dar un paso más. La autoestima queda profundamente dañada en estos casos, así que vamos explicar cómo trabajarla con tu hijo.
¿Qué es la autoestima?
Antes de ponernos a trabajar en ella, debemos tener claro de qué estamos hablando. La autoestima es la valoración que uno tiene de sí mismo y que nos condiciona durante toda la vida a la hora de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.
La autoestima es la valoración que uno tiene de sí mismo y que nos condiciona durante toda la vida a la hora de relacionarnos
Cuando la autoestima es adecuada, uno luchará por sí mismo, por cuidarse y por buscar las cosas y rodearse de las personas que más le convengan.
Cuando, por el contrario, la autoestima es baja prima buscar el apoyo del otro por encima de todo, con lo que esto conlleva: no cuidarse ni defenderse, buscar el beneficio grupal por encima del propio a cualquier precio, y un largo etcétera que podríamos seguir exponiendo.
Estas líneas las podemos traducir en ejemplos reales que tal vez te resulten más familiares y que enumeramos a continuación en una lista abierta:
- ser más retraídos y antisociales (a nivel familiar y también escolar)
- ser más influenciables (de forma negativa) por otros dentro de su grupo
- reacciones violentas
- anorexia, bulimia, sobrepeso y otros desórdenes alimentarios (en comparación con jóvenes de autoestima alta)
- iniciarse sexualmente a edades más tempranas
- consumir drogas
- sufrir más depresión y trastornos de ansiedad
- estrés y ataques de pánico
- bajos rendimientos escolares
- auto agresión (o incluso suicidio)
- …
¿Se te ocurren más ejemplos que quieres aportar aquí? Seguro que sí…
Pautas para ayudar a tu hijo a recuperar su autoestima
Ahora ya sabemos que nuestro hijo sufre acoso escolar y que su autoestima ha podido ser gravemente dañada, ¿qué hacemos?
- Hazle sentir y díselo cuantas veces sea necesario, que tú estás ahí para apoyarle y que le crees.
- Busca ayuda psicológica. Hay un alto porcentaje de chicos que tras esta situación tan traumática continúan su vida sin esta ayuda, y que años después nos encontramos en consulta con otros problemas de acoso en el trabajo, problemas en las relaciones personales, enfermedades psicosomáticas… No podemos asegurar que ésta sea la única causa, pero sí parece que hay cierta relación con problemas en un futuro.
- Empodérale. Sin llegar al extremo y a la exageración, hazle ver la cantidad de atributos, capacidades y habilidades que tiene (o tenía). Piensa en sus puntos positivos y házselos ver.
Hazle sentir y díselo cuantas veces sea necesario, que tú estás ahí para apoyarle y que le crees
- Si le gusta el deporte, anímale a que lo practique (sin obligarle), sobretodo deportes de equipo. (Ver minuto 16 de este reportaje: El drama del acoso escolar)
- Trata de fomentar los hábitos de vida saludables (horas de sueño, alimentación equilibrada, etc.)
- Revisa tu forma de hablar. A veces, frases inocentes que decimos sin darnos cuenta no ayudan a mejorar, tales como “Pero qué tontito eres”, “Quita, que tú no sabes, ya lo hago yo”, “Pero cómo has hecho eso así, si te lo he explicado mil veces”.
- Observa cómo te comportas tú en tu día a día. Si tu hijo ve que no te cuidas, que actúas para conseguir la aprobación de los demás o evitar cualquier mínimo conflicto sin luchar por tus necesidades o deseos, él te copiará (aunque tus palabras sean “Tienes que luchar, y quererte y no dejar que te ninguneen”). Como ya hemos dicho en otras ocasiones, ERES SU ESPEJO.
Estas pautas pueden ayudarte a enfrentarte a esta difícil situación; seguramente esto también te esté afectando y la culpa se haya apoderado de ti, preguntándote si podrías haberlo hecho de otra manera. Tú no eres quien insulta a tu hijo ni quien le acosa.
En tus manos está tratar de ayudarle lo máximo posible para que salga de esta terrible realidad. Ponte manos a la obra y permanece a su lado.