En sus Manos
Acoso sexual en el trabajo: di ¡NO!
El acoso sexual en el trabajo es una circunstancia pocas veces reconocida entre los trabajadores. Los compañeros de la víctima tienden a apartarse de la situación que perciben e intentan obviarlo, pues se rigen por el dicho popular, “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Acoso sexual en el trabajo, ¿puedo decir NO? – Paloma López y Rocío Gavilán – Psicología Velázquez especial para jupsin.com
- La normalización de las situaciones de acoso sexual llega a destruir la autoestima de la víctima. La cosificación provoca un daño emocional muy fuerte, convirtiendo a la persona en un objeto.
El acoso sexual en el trabajo es una circunstancia pocas veces reconocida entre los trabajadores. Los compañeros de la víctima tienden a apartarse de la situación que perciben e intentan obviarlo, pues se rigen por el dicho popular, “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Los compañeros, al igual que la persona acosada, tienden a justificar los comportamientos machistas y los comentarios obscenos
Los compañeros, al igual que la persona acosada, tienden a justificar los comportamientos machistas y los comentarios obscenos.
Esta circunstancia se normaliza en las empresas donde se sufre este tipo de acoso, pues tendemos a negar cualquier comportamiento sexual ya que nos parece totalmente contraproducente y confiamos en el buen hacer de las personas.
Consideramos graciosos o vacilones algunos comentarios que pueden resultar machistas y negamos que pueda tener un efecto dañino en la persona acosada.
Ante este ambiente, la persona acosada resulta temerosa a verbalizar lo que le ocurre, pues percibe que sus compañeros minimizaran esas conductas acosadoras y justificaran los hechos con frases como: “¡pero si lo dice de broma!”, “te dice esas cosas porque intenta ser una persona graciosa”.
Estas frases, lejos de ayudar a la víctima, le ocasionan mayor sentimiento de culpabilidad, perdiendo la capacidad asertiva.
Pensamientos contradictorios
En esos momentos, la víctima genera multitud de pensamientos contradictorios en su mente. Por un lado, considera que debe denunciar lo que está sufriendo. Por otro lado, piensa que si lo verbaliza la van a despedir o van a pensar que ella lo ha provocado, o que eso que dice que sufre es mentira.
Estos pensamientos no aparecen en la víctima sin haber vivido situaciones, con anterioridad, donde las hayan verbalizado. Dicha verbalización hace que la víctima se cuestione ¿puedo decir que no quiero que me diga esos comentarios?, ¿puedo decir que no quiero que me roce?.
Todo lo que desde fuera parece fácil, para la víctima se hace una montaña con mucha pendiente, imposible de escalar
En este sentido, todo lo que desde fuera parece fácil, para la víctima se hace una montaña con mucha pendiente, imposible de escalar debido a los miles de comentarios que justifican esas actitudes.
La víctima, en estos momentos, se encuentra desvalida, llegando a pensar incluso que ella provoca esas situaciones y que debe aceptarlas como algo normalizado.
La normalización de las situaciones de acoso sexual llega a destruir la autoestima de la víctima. La cosificación provoca un daño emocional muy fuerte, convirtiendo a la persona en un objeto.
Las situaciones de acoso sexual provocan que el ambiente de trabajo se vuelva tenso, distante, incluso aislando a la víctima por miedo a que alguna problemática salpique a cualquier compañero.
Hombres y mujeres pueden estar expuestos al acoso sexual, lo importante es saber detectarlo y pedir ayuda
Hombres y mujeres expuestos al acoso sexual
En definitiva, el acoso sexual incide de manera horrorosa en la empresa, afectando íntimamente a todos los ámbitos de la vida de las personas, víctimas de estos hechos.
Tanto hombres como mujeres pueden estar expuestos al acoso sexual, lo importante es saber detectarlo y pedir ayuda.