En sus Manos
Acoso laboral, se mire como se mire
El acoso laboral descendente es el más frecuente. Se da cuando uno o varios jefes acosan a un trabajador de nivel jerárquico inferior. Este tipo de acoso puede tener un fin estratégico. Dicho fin es la renuncia del trabajador y de este modo no abonar la indemnización correspondiente al despido.
El acoso puede ser ejercido de muy diversas formas tal y como referimos en el anterior post. Debemos tener en cuenta siempre la definición de acoso laboral como una situación de violencia u hostigamiento en el ámbito de trabajo habitualmente dirigida hacia una persona (víctima) por parte de una o varias (acosadores), con el objetivo de aislarla del grupo laboral y eventualmente, conseguir que renuncie o que sea despedida.
Con esta definición queremos centrarnos en el hostigamiento ejercido por una o varias personas y su direccionalidad. Si dicho hostigamiento ha sido realizado entre compañeros, sería un acoso horizontal; si ha sido realizado desde los subordinados a los jefes, acoso ascendente; o si por el contrario ha sido realizado por superiores hacia sus trabajadores lo denominamos en escalafón o descendente.
El acoso laboral descendente, ascendente y horizontal
El acoso laboral descendente es el más frecuente. Se da cuando uno o varios jefes acosan a un trabajador de nivel jerárquico inferior. Este tipo de acoso puede tener un fin estratégico. Dicho fin es la renuncia del trabajador y de este modo no abonar la indemnización correspondiente al despido. Además, puede ser utilizado como una herramienta de gestión de empresa, de tal forma que se hostiga a todo el personal por el temor que subyace a perder el control.
Así mismo, otra de las finalidades del propio acoso tiende a ser que el superior desee dañar al trabajador sin una causa concreta, más allá de la perversión del superior.
El acoso laboral descendente es el más frecuente. Se da cuando uno o varios jefes acosan a un trabajador de nivel jerárquico inferior.
Por otra parte, el acoso laboral ascendente tiene lugar cuando un trabajador con un cierto nivel jerárquico es acosado por uno o varios de sus subordinados. Este tipo de acoso, en su mayoría, sucede cuando los acosadores no aceptan, ni estiman oportuno que la persona que desempeña el cargo de jefe la realice.
Generalmente, este hostigamiento aparece cuando el jefe es nuevo en el puesto laboral. También puede producirse como reacción ante un superior autoritario, arrogante, caprichoso o incapaz de tomar decisiones imparciales.
Podemos decir que este tipo de acoso es el menos frecuente, pero si se da puede llegar a generar numerosas complicaciones en el superior, derivando en una disminución del autoestima, dificultades de concentración, incapacidad de toma de decisiones, ansiedad en el momento de encomendar labores y llevarlas a cabo, dudando de su propia iniciativa, o delegar en otras personas no adecuadas laboralmente las decisiones que le atañen. En definitiva, un sinfín de consecuencias que minan la actividad profesional del superior y su estado psicológico.
El tercer tipo es el llamado acoso laboral horizontal, que tiende a darse cuando un trabajador es acosado por uno o varios de sus compañeros de trabajo, los cuales se encuentran en su mismo nivel jerárquico.
Causas del acoso laboral horizontal
Generalmente, las causas que ocasionan este tipo de acoso horizontal pueden ser variables. Entre las más habituales están las enemistades personales, el interés por ocasionar daño y menospreciar al que consideran el más débil o que es diferente al resto de compañeros. Cuando hablamos de ser diferentes, nos referimos a la discriminación por religión, género, orientación sexual o ideologías políticas, en su mayoría.
Lo que parecen ‘gracietas’ en tu equipo de trabajo hacia una persona, puede ocasionarle graves consecuencias psicológicas
En este tipo de acoso horizontal, se pueden unir al acosador otros compañeros que convierten a la persona acosada en chivo expiatorio. Su objetivo es culpabilizar de algo a la persona acosada, y utilizarlo así de excusa para los fines del acosador o acosadores.
También son habituales los sentimientos de envidia hacia la víctima, que suele ser habilidosa, con grandes capacidades laborales, así como características de personalidad o físicas destacadas.
Estos sentimientos de envidia pueden ser el punto de partida de las actitudes hostigadoras, con la finalidad de humillar, ridiculizar o minimizar a la víctima. El acosador tiene miedo a perder el propio puesto de trabajo o de que dichas características del acosado puedan bloquear o hacer invisibles las suyas. Generalmente el acosador se oculta bajo una manta de insatisfacción personal, y un sentimiento de inferioridad.
Es importante hacer hincapié en que todas las personas pueden ser susceptibles de ser acosadas laboralmente. Por este motivo, como personas individuales debemos ser conscientes de que lo que parecen ‘gracietas’ en tu equipo de trabajo hacia una persona, puede ocasionarle graves consecuencias psicológicas.