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A vueltas con los deberes en verano

Lidia Arroyo, docente universitaria, psicopedagoga y logopeda:
«El verano es un tiempo ideal para invertir en salud familiar»

A vueltas con los deberes en verano. Cuando llega el verano muchas familias se cuestionan si es conveniente establecer una rutina de deberes durante los meses de vacaciones.

Hay padres que opinan que sus hijos deben disponer de tiempo para divertirse y aburrirse. Otros consideran que es una buena oportunidad para recuperar y/o afianzar aquellos contenidos que no han aprendido durante el curso académico.

No obstante, la cuestión está en cómo pretendemos asegurar que van a aprender solos en casa contenidos que no consiguieron asimilar en clase junto al docente.

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A vueltas con los deberes en verano

En cualquier caso, se abre un nuevo debate. Y es que, en este sentido, sólo las familias con un cierto bienestar económico pueden compensar las dificultades que su hijo presenta en la escuela y que se traducen en suspensos a final de curso.

La escuela debe garantizar la igualdad de oportunidades. Y los deberes, en verano, no siempre pueden garantizar el principio de equidad, ya que el acompañamiento está relacionado y condicionado con las posibilidades de cada familia.

Niños con dificultades de aprendizaje

A la vez, es importante remarcar que los niños con dificultades de aprendizaje se esfuerzan el doble que sus compañeros durante todo el curso escolar. Y lo habitual es que obtengan resultados mediocres a pesar de su esfuerzo, sacrificando en muchas ocasiones momentos de ocio o extraescolares.

Por eso, el verano es el momento en el que pueden dedicarse a aquellas actividades que no pueden realizar durante el curso.

Otro de los argumentos que esgrimen las familias que están a favor de los deberes en verano es que durante las vacaciones pueden olvidar lo que han aprendido y que, además, al volver a la escuela en septiembre les cuesta más volver a conectar.

En este sentido, debemos señalar que si la escuela garantiza aprendizajes significativos no cabría la posibilidad de olvidar en dos meses de descanso todo lo aprendido durante el curso escolar.

«Los deberes, en verano, no siempre pueden garantizar el principio de equidad, ya que el acompañamiento está relacionado y condicionado con las posibilidades de cada familia» – Lidia Arroyo.

Mente ociosa, mente creativa

La mayoría de profesionales aconsejamos que durante el periodo vacacional los niños se diviertan y tengan tiempo para aburrirse, ya que cuando la mente está ociosa es cuando tiene la oportunidad de crear.

En verano, se debe apostar por una vida slow life tanto en padres como en niños. Si en verano se hace lo mismo que en invierno, será imposible recargar pilas.

No obstante, podemos plantear alternativas a los deberes en verano, bien asistiendo a campamentos o casales.

Incluso en los últimos tiempos está emergiendo con fuerza la opción de campamentos online. Hay muchas cosas que podemos hacer:

  • leer un libro
  • mirar un vídeo, un documental o una película y comentarla a posteriori con la familia
  • visitar un museo, yacimiento arqueológico
  • simplemente, pasear por el bosque mientras comentamos lo que vemos
«En verano, debe primar pasar tiempo todos juntos. Es un tiempo ideal para invertir en salud familiar» – Lidia Arroyo.

Tiempo de verano, tiempo de salud familiar

Los deberes en verano deben ser actividades que los niños puedan realizar solos.

No obstante, dependerá de cada niño, de cada familia, de sus circunstancias y de su realidad social optar por la realización de deberes en verano o no.

Pero, en cualquier caso, debería tenerse en cuenta la opinión y los intereses del niño.

En verano debe primar pasar tiempo todos juntos. Es un tiempo ideal para invertir en salud familiar.

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