En sus Manos

Fibromialgia: «Por dentro se te comen los demonios y los dolores»

«Después de tres años de peregrinación de médico en médico, por fin tenia un nombre para lo que me estaba ocurriendo. No, no era una vaga, no estaba loca, no era una hipocondriaca que se inventaba sus males.Empieza el aislamiento social y la incomprensión: pierdo mi trabajo, pierdo a mi marido, mucha gente me deja o les dejo yo por el camino. Casi nadie comprende cómo me siento. “¡Pero si tienes tan buena cara!” es la frase que más me repiten, la odio. Opto por decir que me encuentro bien cuando me preguntan. Por dentro se me comen los demonios y los dolores.

Diagnostico: Fibromialgia – Testimonio – Por Mar Araujo

  • Empieza el aislamiento social y la incomprensión: pierdo mi trabajo, pierdo a mi marido, mucha gente me deja o les dejo yo por el camino
  • ¡Pero si tienes tan buena cara!” es la frase que más me repiten, la odio. Opto por decir que me encuentro bien cuando me preguntan. Por dentro se me comen los demonios y los dolores.
  • Actualmente no hay quien me pare, vuelvo a vivir a pesar de la maldita enfermedad. Por fin me he aceptado a mí misma  y he comenzado a trabajar para que no sea la fibromialgia la que gane la batalla.
  • Fibromialgia, ¿dolor incomprendido?


Después de tres años de peregrinación de médico en médico, por fin tenia un nombre para lo que me estaba ocurriendo. No, no era una vaga, no estaba loca, no era una hipocondriaca que se inventaba sus males.

No, no era una vaga, no estaba loca, no era una hipocondriaca que se inventaba sus males

Empieza el aislamiento social y la incomprensión: pierdo mi trabajo, pierdo a mi marido, mucha gente me deja o les dejo yo por el camino.

Casi nadie comprende cómo me siento. “¡Pero si tienes tan buena cara!” es la frase que más me repiten, la odio.

Opto por decir que me encuentro bien cuando me preguntan. Por dentro se me comen los demonios y los dolores.

El clima y el mar le permiten arañar unas horas más de actividad cada día. Siempre acompañada por su perra, Chica, Mar pasea, acude a clases de gimnasia, es alumna del programa para mayores de la Universidad Jaime I de Castellón. Es consciente de que la fibromialgia condiciona su vida, pero lucha todos los días para que la enfermedad no se apodere de ella.

Adiós sociedad

Nadie entiende que estés bien y al rato te encuentres fatal. Dejo de quedar con amigos, dejo de hacer absolutamente las actividades que siempre me habían hecho feliz: viajar, la ópera, el cine, visitar museos.

Ya no salgo de casa y de la cama porque nunca sé cómo me voy a encontrar dentro de una hora

Ya no salgo de casa y de la cama porque nunca sé cómo me voy a encontrar dentro de una hora.

Muchos de mis amigos no entienden que anule nuestras citas en el último momento y poco a poco van desapareciendo de mi vida.

Llega la depresión, la no aceptación. Me niego a admitir que solo tengo unas horas hábiles al día, y que el resto mi enfermedad me obliga a permanecer en la cama, a encerrarme en mí misma, a aislarme del mundo y encerrarme dentro de mi propia soledad.



Psicoterapia y aceptación

El tratamiento psiquiátrico y psicológico han sido fundamentales en todo este proceso que ya lleva conmigo más de doce años

Como bien dice el Dr. Romero en la entrevista publicada en jupsin.com, gracias a la psicoterapia empiezo a aceptar mi situación, a aceptar mis limitaciones.

Para mí, el tratamiento psiquiátrico y psicológico han sido fundamentales en todo este proceso que ya lleva conmigo más de doce años.

Actualmente no hay quien me pare, vuelvo a vivir a pesar de la maldita enfermedad. Eso sí, el precio es pasar 3-4 horas de reposo al día, un precio que pago gustosamente, porque por fin me he aceptado a mí misma y a la enfermedad, y he comenzado a trabajar para que no sea la fibromialgia la que gane la batalla.


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