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Cómo actuar si mi hijo es testigo de acoso escolar

‘La psicóloga en tus zapatos’

¿Cómo saber si tu hijo ha sido testigo de acoso escolar? No es la pregunta habitual. Normalmente nos centramos en las víctimas y en los acosadores directos, pero ya sabemos que el acoso escolar no tendría lugar si el resto de alumnos, testigos, en algunos casos activos y en otros pasivos, no permitieran que esto ocurriera.

Elena Rubio, ‘la psicóloga en tus zapatos’

¿Cómo saber si tu hijo ha sido testigo de acoso escolar? No es la pregunta habitual. Normalmente nos centramos en las víctimas y en los acosadores directos, pero ya sabemos que el acoso escolar no tendría lugar si el resto de alumnos, testigos, en algunos casos activos y en otros pasivos, no permitieran que esto ocurriera.

Estamos hablando de más del 90% de la población en una clase o en el patio, un grupo tremendamente importante al que deberíamos tener muy en cuenta para acabar con esta lacra del bullying.

¿Por dónde empezamos?

Comencemos diciendo que puede no ser fácil detectar esta situación. Si ya es difícil para un padre a veces darse cuenta de que su hijo sufre acoso, más complicado puede ser aún averiguar si es un testigo del mismo.

¿Hay unas señales o indicios que nos puedan ayudar a detectar estas actitudes? Desde luego, no son como las que asociamos a las víctimas, más conocidas, relacionadas con el descenso de notas, aparición de enfermedades, somatizaciones, heridas, pérdidas de material escolar…; las señales de los testigos son menos detectables.

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Pauta para identificar la situación

A continuación exponemos algunos patrones que pueden ayudar a reconocer estas situaciones:

  • Recuerda, SIEMPRE, que eres su espejo. Trata de echar la vista atrás y pensar cómo has actuado tú en determinadas situaciones. Veamos algunos ejemplos:
    • Ante una noticia de corrupción, tus comentarios van orientados a “Aquí el que puede, pilla. Si yo pudiera, también lo haría; no denunciaría si me puedo llevar algo. No voy a ser yo el tonto que denuncie y me quede sin nada”, o van en la dirección “Yo no podría hacerlo, tendría que denunciar porque mis principios no me permiten hacer esas cosas”.
    • Ante un conflicto que haya surgido en la calle, por ejemplo, un golpe (sin heridos) entre dos vehículos, tú prefieres no “mojarte” y mirar para otro lado, ya vendrá otro que pueda ayudar mejor que yo. “Yo paso de líos”, o por el contrario te acercas, preguntas si puedes ayudar, dices que has visto lo que ha ocurrido…
  • En tu trabajo ves que reiteradamente se hostiga a un compañero, por parte de tu superior u otros compañeros y tú prefieres hacer que no ves lo que ocurre o incluso reírles las gracias por miedo a que te pase a ti algo o por el contrario tratas de ayudar a esa persona o ponerlo en conocimiento de los organismos pertinentes (otros superiores, RRHH, representantes sindicales…).

Son situaciones complicadas, y probablemente no en todas actuarías igual, pero nos podría servir de termómetro para darnos una idea de cómo lo harían nuestros hijos ante una situación de acoso.

La única manera que tenemos de saber si nuestro hijo es testigo de una situación de acoso es que confíe en nosotros y nos lo cuente

Si realmente te interesa este tema, ya es un valor importante. Significaría que no sólo te preocupas por que tu hijo sea la víctima, que a priori es lo que más te podría inquietar, sino que te quita el sueño que tu hijo no haga nada por evitarlo en otros niños (otros hijos) o que incluso lo aliente. Ya estás demostrando EMPATÍA.

Si cuentas con esta cualidad, seguramente se la hayas transmitido con tus acciones, a lo largo de sus vidas, a tus hijos. Y esto hará que ellos también puedan sentir empatía por esos niños que sufren. Esto será un pequeño pero reseñable paso para que tu hijo no sea un mero testigo que decida mirar hacia otro lado. Pero obviamente no es suficiente.

Niños, padres y acoso escolar

Habla con tu hijo/a

Empieza a tratar el tema de una manera general, para que no sienta que estás interrogándole. Aprovecha las noticias que salgan en la televisión o en las redes (que desgraciadamente son muchas) para comentar lo sucedido. Dale tu opinión y pregúntale qué opina él, cómo viven esto en el colegio / instituto, si hay algún programa instaurado para afrontar el acoso escolar… Muestra tu interés y preocupación por este tema.

Ahora que ya te has hecho una idea sobre lo que piensa, puede que te hayas quedado tranquilo o que sigas con bastante incertidumbre.

Infórmate en el colegio/instituto qué medidas se adoptan ante estas situaciones, que tu hijo siga viendo interés con este tema, y luego lo puedes hablar con él.

Hazle ver que no es de chivatos si no de valientes el denunciar estos comportamientos de acoso

Recuérdale lo importante que es no apoyar, fomentar o ignorar estos casos; muéstrale tu apoyo incondicional, hazle ver que no es de chivatos si no de valientes el denunciar estos comportamientos.

Tú le puedes acompañar siempre que lo necesite, o puede utilizar alguna herramienta anónima con la que comunicar los hechos, o acudir a los profesores a los que más confíe, pero lo peor que puede hacer es callarse.

La única manera que tenemos de saber si nuestro hijo es testigo de una situación de acoso es que confíe en nosotros y nos lo cuente. Para ello, tendremos que darle esa confianza, esa seguridad y esa empatía para que pueda sacar el valor de contarlo y denunciarlo. No es una labor fácil: ¿contamos nosotros con esa confianza, seguridad y empatía?

Resolviendo esta pregunta seguramente podremos resolver nuestra duda sobre si nuestro hijo está siendo testigo de acoso escolar y si va a actuar o no.

Psicóloga Sanitaria y Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, especializada en factores psicosociales. Más de 15 años de experiencia en formación. Actualmente ayudo desde el ámbito clínico, en consulta, a las personas que desean mejorar su situación o aliviar su dolor. Especialista en talleres y cursos de formación en empresas e instituciones diversas. Mi vocación es la ayuda.

3 Comments

3 Comments

  1. José Luis Esteban Casero

    13 de marzo de 2017 at 19:20

    Toda esto está muy bien, pero luego viene la cruda realidad…, personas impresentables que se unen para remar en sentido contrario…, contra la gente honrada, los buenos alumnos…
    Hay muy pocas personas que se visten x los pies y no puede ser que estos sobren, tampoco los alumnos que sufren acoso…

    • Elena Rubio

      14 de marzo de 2017 at 06:19

      Claro que no sobran, José Luis. Tenemos que trabajar todos juntos para que las personas con valores sean la mayoría, y que solo unos pocos vivan la violencia como el camino. La gente honrada y los buenos alumnos, como tú dices, es nuestro fin último.

  2. José Luis Esteban

    8 de julio de 2018 at 15:55

    La realidad es ciega.Y hacen F menos demagogos/as y si gente comprometida de V.La sociedad funcionaría de otra forma.Y a la gente honrada, sería, coherente…¿como la tipifican?, sin ninguna duda: de manera completamente equivocada…¿psicología?, de que tipo, ¿con qué base, fundamentos?, si disfrazados la realidad.¿ Qué conseguiremos?, cacarear= Nada

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