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La magia de la aceptación

Creo que de todos los pasos que he dado en este camino al autoconocimiento el que me ha sido y es más complicado es aceptar. Nadie nos enseña a eso. Cuando nos sucede algo duro, cuando encontramos un obstáculo, normalmente tomamos dos opciones.

Todo lo que necesitas eres tú

Creo que de todos los pasos que he dado en este camino al autoconocimiento el que me ha sido y es más complicado es aceptar. Nadie nos enseña a eso. Cuando nos sucede algo duro, cuando encontramos un obstáculo, normalmente tomamos dos opciones. O nos arrodillamos ante él y decidimos que nos supera o nos dedicamos a pelear contra la situación sin sentido.

Y no me refiero a no ‘luchar’, me refiero a tomarse un tiempo para entender por qué ese obstáculo está ahí delante. Darse cuenta de por qué nos encontramos en esa situación y explorar cómo nos hace sentir.

Inteligencia Emocional

Dice Borja Vilaseca que cuando aceptas algo estás dando el primer paso para cambiarlo. Muchos de los problemas que nos surgen están ante nosotros porque debemos aceptar lo que nos indican; y una vez asumido, desaparecen. Otros persisten porque nada es fácil y quién nos proponga soluciones de autoconocimiento de fin de semana nos toma el pelo, la verdad.

Por ello, puesto que a veces no tenemos herramientas para afrontar, o nos sentimos víctimas irresponsables y condenadas de esa circunstancia o nos dedicamos a envestir el muro que tenemos delante una y otra vez haciéndonos daño y golpeándonos pensando que lo vamos a derribar.

No se derriban muros, no a golpes, sino usando la inteligencia Inteligencia Emocional, nuestra gran asignatura pendiente

No se derriban muros, no a golpes, sino usando la inteligencia. Y cuando hablo de inteligencia, no me refiero a la capacidad de calcular una raíz cuadrada, hablo de entender quiénes somos y comprender a los demás.

Hablo de Inteligencia Emocional, lo pongo así, con mayúsculas, porque es nuestra gran asignatura pendiente.

Yo me he peleado mucho con la vida por no ser justa y nunca he ganado, aunque atesoro cada uno de las cicatrices porque aprendí mucho de cada una de ellas.

Y porque me di cuenta de que la única forma de ganar era sin ganar, asumiendo y tomando el control sobre mi vida. Dejando de mirar al muro y mirándome a mí, en mi interior para saber qué venía a enseñarme esa situación y cómo podía crecer con ella.

La magia de la aceptación

Aceptar no es resignarse

Aceptar no es resignarse. A muchos se lo parece, pero en realidad, son opuestos. Aceptar es usar tu capacidad de transformación para darle la vuelta a cualquier situación. Darte cuenta de que no derribarás el muro dándole golpes de cabeza hasta romperte, porque usar la fuerza no es efectivo.

Y además, si no eres capaz de entender por qué el muro está ahí, aparecerá de nuevo. Y tú acabarás dolorido y magullado. Aceptar es decidir cambiar tú, que es lo único que puedes gestionar.

No podemos cambiar el mundo, podemos cambiar nuestra forma de verlo. Y lo más curioso es que cuando lo miramos de otra forma, cambia. Es magia pura pero requiere el trabajo interior de asumir que debemos ser parte de la solución y no del problema.

No podemos cambiar el mundo, podemos cambiar nuestra forma de verlo. Y lo más curioso es que cuando lo miramos de otra forma, cambia

Obcecarnos a pelear contra todo no soluciona nada, nos debilita y sume en una profunda desesperación. Aceptar  y  pensar cómo podemos tomarnos la situación para aprender de ella nos transforma a nosotros y a la situación.

Cuántas veces hemos visto cómo las personas cambian cuando tú las tratas de otro modo. El mundo es complicado, pero es como decides verlo.

Y cuando tomas conciencia de cómo te hace sentir esa circunstancia, exploras esa emoción,  tomas distancia para analizarla y decides que la asumes pero que no eres tú sino tu capacidad para superarla, asumes tu poder.

El Dr. David R. Hawkins habla en su obra El poder frente a la fuerza’ de esa diferencia entre enfrentarte a la vida desde la pelea constante o asumiendo tu poder, conociéndote para asumir la responsabilidad de tu vida y tomando las riendas.

Se trata, al fin y al cabo, de darnos cuenta de cómo podemos sacar una enseñanza de lo que nos pasa. Aunque duela, porque está ahí, por duro que sea y eso, por ahora, no lo podemos controlar.

No podemos controlar al mundo pero podemos decidir sobre nosotros mismos. Si nos hundimos o pensamos que saldremos reforzados.

Aceptar no es bajar la guardia ni dejar que el dolor te invada, es usar el dolor para crecer  y ser más adaptable y elástico.

Aceptar no significa asumir que nada va a cambiar, es dar el primer paso para que cambie.

Cuando cambiamos nosotros, cambia lo que nos rodea.

¿Alguna vez dándote de bruces contra el muro lo has derribado?

Las cosas son como las vemos, al final, aunque muchas veces su dureza sea extrema.

Y no hablo de que hagas una fiesta ante un diagnóstico adverso, ante una situación de maltrato y hostigamiento en el trabajo, hablo de que sepas que eso no eres tú.

Tú no eres lo que te pasa, eres la forma cómo lo superas.

No eres un enfermo, eres el que se cura.

No eres una víctima, eres el que asume la responsabilidad de dejar de serlo.

Tal vez te parezca una milonga, un placebo para soportarlo pero… ¿Alguna vez dándote de bruces contra el muro lo has derribado?

No eres el que pierde el trabajo, eres una persona útil y maravillosa que encontrará otro mejor.

Tal vez te parezca una milonga, un placebo para soportarlo pero… ¿Alguna vez dándote de bruces contra el muro lo has derribado?

¿Cuándo te sumiste en la desesperación se te ocurrió alguna buena idea para superar la adversidad?

Lo digo porque cuando aceptas, te quitas un peso de encima enorme, el de no tener que controlar al mundo sino gestionar tus emociones para adaptarte y encontrar la forma de cambiar la situación.

Y un montón de energía bloqueada  por la angustia se libera y empiezas a encontrar soluciones antes inimaginables porque estabas cerrado a la vida.

Magia pura y dura

Aceptar es hacer magia y decidir cambiar lo imposible  través del poder y no de la fuerza.

Decidir que vas a asumir la gestión de lo único que realmente puedes asumir, tú mismo.

Sin resignación. Con una actitud proactiva y asumiendo tu papel protagonista en tu vida y no dándoselo a las circunstancias ni a las demás personas.

A veces, cuando aceptas, te das cuenta de que podrías decir que no cuando has dicho que sí

A veces, cuando aceptas, te das cuenta de que podrías decir que no cuando has dicho que sí.

De que no necesitas la aprobación de nadie.

Que no tienes porqué apegarte a nada.

Que lo que parecía el final de algo, en realidad, es el principio de otra cosa mucho mayor.

Que todo lo que necesitas eres tú.

Cuando te atreves a aceptar y comprender, surge la magia. Es una magia desconocida porque hasta el momento no la habías puesto en marcha. Y lo mejor de todo es que no viene de nada ni de nadie externo a ti. Eres tú en estado puro, asumiendo tu poder.

Periodista y formadora en comunicación, marca personal e inteligencia emocional. Más de 17 años de experiencia en radio y televisión. Ahora ayudo a las personas a conseguir que potencien su talento y lideren sus vidas. Me apasionan las palabras y su poder para cambiar nuestra forma de pensar y de vivir. Su primer libro ‘Amo la Imprudencia de mis Palabras'. El momento de cambiar y ser grandes es éste. Su último libro ya está disponible: 'Cosas que debí decirte hace cien años'

3 Comments

3 Comments

  1. Viviana Navarro

    3 de abril de 2017 at 19:38

    ..GENIA MERCE!!Es un trabajo tan fino pero elocuente me veraz.. Gracias..Por poner tu sabiduría en público para que todos sigamos en el sabio aprendizaje de APRENDER A VIVIR Y SEE FELIZ!!

    • Mercè

      13 de mayo de 2017 at 20:28

      Gracias a ti! aunque yo también estoy aprendiendo cada día! un abrazo 🙂

  2. Pingback: Mis artículos en JUPSIN – Mercè Roura Mas

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